lunes, 9 de abril de 2012

Prueba de Amor


Éramos dos personas jóvenes, llenos de vida y entusiasmos; queríamos encontrar y descubrir el mundo juntos… sólo con tener al otro, era todo cuanto necesitábamos; desde pequeños compartíamos, teníamos aventuras y nuestras manos estaban entrelazadas siempre. Aunque todo un día, ya no todo fue alegría y tranquilidad en nuestras vidas; llegó una carta en donde se te estaba pidiendo que te presentaras en el servicio militar; o como en la misma decía “llegó la hora de servir a tu país; sabías cuanto me costaba el hecho de separarme de ti… no quería hacerlo, pero era necesario.

Fue cuando me miraste a los ojos, tomaste mis manos y dijiste:
-          “Amor, yo tampoco me quiero ir, pero un deber es un deber… Sólo hay una cosa que quiero pedirte.
-          Dime, que me quieres pedir.
-          Sea lo que sea ¿lo harás?.
-          Lo que sea, es una promesa.
-          Quiero que seas feliz, busques un nuevo amor; me refiero a que si encuentras a otro hombre y te enamore, si te saben cuidar, dar todo lo que mereces… no lo dudes y sigue adelante. Eso es lo más importante, no mires hacia atrás y continúa. Yo no sé cuanto tiempo estaré lejos, quiero que sepas una cosa: Te amo con todo mi ser, mi vida y corazón… eso no va a dejar de existir jamás; pero a nombre de ese sentimiento te deseo la felicidad. ¿Me lo prometes?
-          Yo, te lo prometo- mi voz se quebró, estoy segura de que en alguna medida se dio cuenta lo mucho que me costaba hacer esa promesa y más el mantener los ojos frente a los suyos- no será fácil.
-          Sé que no lo será amor, pero quiero lo mejor para ti. Ahora, voy a pedirte un favor más, descuida es un poco más simple- de la nada, se me acercó y besó… pero no fue uno breve, fue uno intenso, tierno, cariñoso y apasionado; sus manos estaban rodeando mi cintura, es como si impregnara todos los años que han pasado en un solo beso.
Por desgracia cuando volví a abrir mis ojos, ya era tarde… me quedé sin quererlo dormida y estaba en nuestra cama… las sábanas cubrían mis hombros, luego estiré la mano para poder alcanzarte, pero fue en vano… te habías ido, sólo quedaba una almohada, una rosa y una carta. La primera tenía aún impregnado el delicioso aroma de tu perfume así que la aferré a mi cuerpo, para que estuviera vivo el recuerdo una vez más; luego tomé la carta y vi la hermosa flor; cuando leí se me llenaron los ojos de lágrimas:

“ Quiero que sepas cuanto te amo, las estrellas en el cielo son muy pocas para repetirte una y otra vez lo grande que es este sentimiento; las profundidades del mar no son nada al lado de lo que soy capaz de cruzar para poder llegar de nuevo a ti, los caminos se pueden ver interrumpidos, pero todos en alguna medida siempre me traerán a ti de vuelta. TE AMO y nunca lo dudes. Así como el aroma de una rosa, es como tu piel, suave y delicada, pude tocar antes de irme, por eso no quise despertarte; pero como un pequeño botón, estoy segura que cuando demuestres tu belleza interior… sabrás llegar más lejos, ten fe en ti misma y lo conseguirás.”

El tiempo se aceleró como nunca y pasaron: horas, días, semanas y meses… esa guerra duró casi dos años completos… muchas personas perdieron a sus familiares, yo no sabía nada del hombre que estuvo en mi vida por tanto tiempo y tuvo que responder al llamado de su país… deseaba saber algo. Un día recuerdo que me encontraba en la sala de estar y me encontraba leyendo, cuando alguien tocó a mi puerta… quizás era el cartero con las cuentas, casi siempre en la misma fecha; no tenía muchas ganas de poder abrir, pero no tenía más remedio.

Cuando iba en camino tuve una sensación muy rara y no entendía que podría ser, era como si un olor extraño atravesara la puerta y llegase a mi; cuando la abrí me quedé sin aliento; cerré los ojos muy fuertes y volví a abrirlos, aún con la convicción de que me encontraba dormida y todo era una simple ilusión o mala pasada de mi mente. En plena puerta estaba… él; aquel hombre que me había dejado hace muchos años en esa misma casa; el miró hacia el interior de la casa y se quedó asombrado.

-          Al parecer todo sigue como lo de…- pero no terminó la frase pues sus ojos miraban con sorpresa algo que, a mis ojos no era fácil- veo que… Me alegra ver como has salido adelante, cumpliste tu promesa; que bueno, eso está bien- su cara dejaba ver que aún no lo creía.
-          De que- pero entonces supe de que estaba hablando, pero eso no lo tomé en cuenta y me puse en puntas de pies, poner mis brazos alrededor de su cuello y besarlo dulcemente… así como lo hizo él ese día que tenía que partir; por un momento respondió al movimiento de mis labios y unos segundos más tarde me tomó por la cintura y alejó para verme.
-          Esto… no puede ser- estaba muy nervioso, de eso no tenía la menor duda- ya encontraste a una persona, tal como me lo prometiste.
-          Lo dices por ese chaleco- estaba segura que eso fue lo que vio- pues en realidad es de mi padres, me vino a visitar y dejo este chaleco conmigo.
-          Creo que lo dices sólo para poder dejarme tranquilo.
-          Te equivocas; quiero que me escuches. Luego que te fueras, no paso ni una semana y ya algunos chicos me estaban cortejando, decían cosas como “él no volverá, pero yo puedo hacerte olvidarlo”, “no pierdes nada con elegirme, sabrás lo que es en realidad el amor”…- mis ojos se llenaron de lágrimas- ¡Jamás!, me oyes ¡¡¡!Jamás!!! quise estar con ninguno; desde el mismo segundo que leí tu carta, me di cuenta que este amor que siento por ti es más fuerte que cualquier otra cosa y persona que se fuera a cruzar en mi camino. Eres lo único que quiero y necesito, para que más; estuve cada día que paso esperando verte, tener ante esos ojos que reflejan el brillo de este sentimiento mutuo y que compartimos, tomar esas manos que me acarician y no me dejan de demostrar ese intenso cariño y por sobretodo la boca de donde emanan todos los besos que quiero dar y recibir por sobretodo los besos que me ponen como loca… deseando no se acaben nunca y sentirme dichosa de ser la única que puede tenerlos.
-          ¿Pero cómo lo hiciste para soportar todo este tiempo? Ya que cualquier se pondría como loco, al cabo de unos pocos días, no lo entiendo.
-          Muy simple, sabía que lo sentías- tomé su mano y la puse en mi corazón, mientras que la mía en la suya- ¿Puedes sentirlos como laten? Eso es por que se han reencontrado y están felices, tanto la nota que hiciste ese día que leo siempre y todo el tiempo, sabía que por muy difícil que fuera la situación… sería capaz de lograrlo; el amor logra muchas cosas y esto fue más grande… Te amo mi niño, mucho más de lo que la palabra dice, hace sentir y expresa.
-          GRACIAS!!! Mi princesa, ya no me iré más, estaremos juntos por mucho… ni una guerra nos separó, aún después de esta vida estaré amándote y así hasta que el amor deje de ser el maravilloso sentimiento que nos separó, pero nos volvió a juntar sabiendo… si sabiendo que podríamos superar todo. TE AMO

Marisol Alday Derechos de Autor ^^


No hay comentarios:

Publicar un comentario