Soy una chica muy tranquila, pero a su vez bastante alegre; me considero
de pocos amigos y de ellos entrego bastante afecto, por lo que me hacen sentir
bien y feliz. Además actualmente estoy en la Universidad y he conocido muchas
personas geniales; tengo a un pololo maravilloso que me hace feliz con cada
detalle y cada gesto pequeño que tiene conmigo… creo que no podría pedir nada
más.
Un día cuando estaba en un recreo y conversaba con un profesor muy
querido, no sólo por el hecho de que me impartiera una asignatura, es que era
muy grato charlar con él e intercambiar ideas; pero ese día al menos llegó con
dos amigos. Cordialmente el profesor los saluda, uno de ellos cuando le
estrecha la mano va a dejar su bicicleta en un costado y el otro llega a
interrumpir la conversación que tenía con el docente; sin importarle siquiera
que yo estuviera ahí.
Al parecer fue muy evidente mi cara de malestar o desconcierto, que el
maestro me mira, sonríe y me dice:
-
Te presento a Rodrigo, Rodrigo la Carolina.
-
Hola, ¿qué
tal?- se me acerca de la nada, me toma por la cintura y me da un beso en la
mejilla.
-
Hola- contesté
nerviosa, no muy segura si lo había notado.
-
Que gusto me
da profesor de verlo- siguió hablando con él y haciéndome totalmente a un lado
y como si fueran amigos de años.
-
Bueno me
despido, debo ir hacer un trabajo, hasta pronto profesor y carolina.
-
Es un buen
chico Rodrigo…-empieza a contarme algunas cosas de él; como que estudia
Kinesiología y que la forma de pensar es muy particular, para alguien de su
edad y cursa el segundo año.
Quizás fue algo sin importancia, pero me
pareció tan raro todo; paso una semana, dos… hasta que me percaté de que
estudia lo mismo que una amiga mía, decidí preguntarle y así saber si lo
conoce. Pero cuando llegué a la casa para conectarme a Internet me sale
“Personas que quizás conozcas”; quizá fue precipitado o no lo que hice y decidí
agregarlo, no esperando que me respondiera enseguida y aceptara la solicitud.
Fue entonces que comenzamos a hablar, por corto
tiempo en un comienzo y pareció sorprendernos a los dos, cuan parecidos éramos;
jugábamos a los mismos juegos, conversando de la vida, hasta altas horas de la
madrugada. Pero luego de a poco se alejó, por temas de que hacia trabajos y yo
en las mismas, sólo que lo había terminado desde mucho antes; no sé como es que
en tan poco tiempo se convirtió en alguien muy especial, me hace pensar mucho
en las cosas que hablamos, como si me transportara a otro mundo y todo lo demás
no importara, hasta cuando nos topamos por segundos en los pasillos hace sonría
mucho más.
Todo cambió al cabo de dos meses, pues me dice
que empezó a salir con una niña, pero sin llegar a nada serio; fue cuando me
despertó un sentimiento extraño dentro de mi pecho ¿eran …celos?, no estaba segura
de todo lo que había dentro de mi, quizás… era mejor, sí, mejor me alejaba de
él poco a poco. Aún para el día de hoy es un gran duda de por que nos
conocimos, pero pasamos mucho tiempo hablando; se ha vuelto alguien muy
especial para mi.
-
Caro, no sé
que pasa con la cata….- me dijo una noche, se refería a su ex pareja.
-
¿Por qué?- ese
fue el día en que las cosas darían un giro. Empezó cada vez a hablarme más de
ella y siendo sincera no me gusto para nada….
Pensé que todo había sido un simple coqueteo o
algo con lo cual, no pasaría nada más allá; yo estoy muy enamorada de mi
pololo. Rodrigo pareciera que me siguiera el juego en el tema de lo referente a
un semi coqueteo o podría ser otra cosa, pero ya no sabía que hacer; decidí
optar por lo sano y dar por cerrado este capítulo en mi vida.
No sé si
ese chico tierno…. Volverá…..
Continuará...
Marisol Alday Derechos de Autor